La Entrevista Motivacional es un método de comunicación orientado hacia los objetivos y metas de la propia persona. Una forma de tratar a los demás con una actitud de aceptación y respeto. Su fin es ayudar a las personas a encontrar su propia motivación para cambiar y no es un objetivo terapéutico en sí mismo.
Surge en Noruega en 1982, principalmente enfocada al tratamiento de las adicciones, aunque desde entonces, su uso se ha extendido a otras áreas. Fue descrita por primera vez por Miller en 1983 en un artículo publicado en el Behavioural Psychotherapy. Posteriormente, en 1991, Miller y Rollnick desarrollaron sus conceptos fundamentales y una descripción de los procesos clínicos más detallados y escribieron el primer libro sobre el tema “La entrevista motivacional: Preparar para el cambio de conductas adictivas”. En su tercera edición de 2012 fue traducido al castellano y se llama “La entrevista motivacional. Ayudar a las personas a cambiar”.
“La Entrevista Motivacional es un estilo de comunicación colaborativo y orientado a objetivos y que presta especial atención al lenguaje del cambio. Está diseñada para reforzar la motivación personal y el compromiso con un objetivo concreto, suscitando y explorando los motivos que tiene la propia persona para cambiar, en una atmósfera de aceptación y compasión” (Miller & Rollnick, 2015).
Actualmente existen evidencias moderadas, consistentes y robustas para lograr cambios de conducta y mejorar la adherencia al tratamiento en personas con problemas de abuso de alcohol, sedentarismo, obesidad y sobrepeso (Bóveda Fontán et al., 2013). Además, ha demostrado ser efectiva con intervenciones breves de quince minutos y la probabilidad de éxito aumenta con el número de encuentros y con periodos de seguimiento más prolongados (Rubak et al., 2005).
La efectividad de la Entrevista Motivacional en la Diabetes
Uno de los pilares fundamentales para promover el empoderamiento de las personas en su autocuidado es la Educación Terapéutica. Ésta proporciona al paciente el conocimiento, las herramientas y habilidades necesarias para facilitar la toma de decisiones informadas y la autogestión de la enfermedad, sin embargo, la educación terapéutica por sí sola no garantiza la involucración de las personas en el cuidado de su salud.
La Asociación Americana de Diabetes, en sus estándares para la Educación y el Apoyo al Autocuidado en la diabetes, recomienda algunas estrategias de comunicación basadas en la evidencia que han demostrado facilitar los cambios de comportamiento y ser un complemento a la Educación Terapéutica, entre ellas, la EM (Haas et al., 2014).
En los últimos años ha habido un creciente interés por investigar si la EM puede ser útil para ayudar a las personas con diabetes a cambiar. Ha demostrado ser efectiva para mejorar el control glucémico en personas con diabetes tipo 2 (Lundahl et al., 2013; Martins et al., 2009; Chen et al., 2012) y para disminuir el valor de la HbA1c en adolescentes con diabetes tipo 1 (Channon et al., 2007; Ismail et al., 2010). También ha demostrado ser efectiva como complemento a la educación terapéutica para promover cambios en el estilo de vida (Christie et al., 2014).
Su papel en la modificación del estilo de vida
La EM se basa en conocimientos de otras disciplinas. La Psicología humanista de Carl Rogers que pone el foco en la persona, en empatizar con su historia y favorecer el desarrollo de su potencial. En EM se parte de la premisa de que la persona es experta en su vida, en su diabetes, y el profesional actúa como guía en un espacio colaborativo, pero siempre respetando que es la persona quien tiene la libertad de elegir y decidir. También aplica conocimientos de la Psicología Social, a las personas les convence más las razones y creencias propias que las que le imponen los demás, y en EM se busca que la persona encuentre su motivación para realizar un cambio, una motivación intrínseca, y que sea ella quien decida lo que quiere hacer y porque es importante hacerlo, que va a ganar con ese cambio y cuáles son las desventajas de mantenerse en la situación actual. Este compromiso interno siempre tiene más probabilidades de llevarse a cabo que cuando es impuesto desde fuera por un profesional.